Miradas

 

No siempre somos capaces de apreciar una mirada, un aroma o un silencio. Vamos tan deprisa por la vida que ni siquiera nos detenemos un instante para impregnarnos con esencias y colores que viajan con el viento. Ápices casi intangibles que se posan por todas partes, bosquejan una realidad indiferente a nuestros sentidos. Y allí están, recostados en cada trazo de este universo, quizá disimulados pero absolutamente reales, coexistiendo en armonía.

Quizá haya mucha más historia rociada en unos ojos de piedra de lo que imaginamos. Porque si esas efigies hablasen, más de uno quedaríamos todavía más petrificados que sus figuras.