Acercarse a Madrid, cualquier día del calendario, es una odisea, las cosas como son. Los atascos en carretera hasta que te aproximas, el claxon de cada coche en plena competición de alaridos o el simple ruido de la gente hablando a gritos, hace de cada estancia en el centro un espanto, sobre todo para los que vivimos en las afueras. Pero, qué cosas tiene la vida... Aterrizo en estos lares y me encuentro las calles como si hubiese habido un apocalipsis zombi. Y oye, se agradece.
Vivir es el arte de dibujar sin un borrador. https://www.instagram.com/deif_k53ro/
lunes, 1 de mayo de 2017
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