El zorro se acercó con sigilo, para no molestar. Pensó que la educación estaba ante todo, y se limitó a contemplar la belleza de un ser que irradiaba una luz hechizante. El bosque enmudeció tras las últimas gotas de lluvia, y el silencio parecía haberse coronado como rey de los entornos. La mariposa, extraña y fascinante, desprendía esa calma que todo ser necesita alguna vez. Hipnótica y delicada, lograba ser el centro de atención del lugar, y el zorro, ensimismado ante aquella refulgente perfección alada, quedó preso de un encantamiento.
Vivir es el arte de dibujar sin un borrador. https://www.instagram.com/deif_k53ro/
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