Por más que nos empeñemos en lo contrario, el fin del mundo llegará. Ese será el día en que dejaremos de existir, y cada parte de nosotros desaparecerá. Después, ya iremos viendo, porque hay que ir a lo práctico, y no deberíamos perder las valiosas horas en intentar adivinar lo que nos espera tras esta vida.
Yo creo que algo habrá. No me imagino una oscuridad eterna, después de llegar hasta aquí. Pero no estoy todo el día pensando, como algunos que conozco, en lo que tendremos al cerrar los ojos por última vez. Este camino hemos de vivirlo, y de paso, disfrutarlo. Y todo lo que nos desvíe de esa idea es perder el tiempo.
Pero, si algún día, cuando todavía nos encontremos en este plano, nos tocase de lleno una devastación, no podremos negar la ironía de la existencia, por habernos puesto en primera fila para admirar los últimos retazos de lo que hasta ese instante habremos tenido delante. Y eso, por desgracia, es algo que puede suceder en cualquier momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario