viernes, 24 de diciembre de 2021

Un año más


 

Está a punto de desaparecer otro año. A veces no somos conscientes de lo rápido que sucede la vida, pero, si nos detenemos por un instante en meditar sobre este asunto, quizá caigamos en la cuenta de que no aprovechamos bien nuestro paso por la tierra.

Ocupamos demasiado tiempo en nimiedades, y lo que es peor, en amargarnos con cuestiones que solamente nos ofrecen disgustos. Pelearnos con los demás, alterarnos, avinagrar nuestro carácter con situaciones de las que deberíamos pasar… Creo firmemente que es hora de aprender a tomarse las cosas de otra manera, aunque ya nos pille mayores. El saber no ocupa lugar, y lo más bonito de todo esto es que si nos centrásemos en lo que verdaderamente importa, todo iría mucho mejor. Y habrá quien pregunte: “¿ Y eso cómo se hace?”… Pues, simplemente, disfrutando de esas cosas a las que normalmente no damos importancia, pero que están ahí para nosotros. Disfrutar con nuestra familia, con nuestros amigos de verdad, incluso con aquellos conocidos que, de una u otra forma, están cosidos a nuestro camino. Disfrutar de las buenas charlas en directo, de los paseos, de los amaneceres, sin tanta pantalla de móvil u ordenador, a las que parece que estamos pegados. Disfrutar del silencio de un bosque, del frescor de la orilla del mar, del aroma de la lluvia, del último rayo de sol. Gozar con la mirada limpia de un perro, con los ronroneos de un gato, con el canto de las aves, con el eco de nuestra voz.  Una cálida compañía, una taza de té, el crepitar de la chimenea en invierno, o las horas de más que nos regala el verano. Son tantas las cosas que nos rodean, que deberíamos dar las gracias por tanta belleza. Y las tenemos ahí, al alcance de la mano, pero no siempre las tenemos en cuenta.

Los años se van, y ahora, en este páramo que han convertido nuestra existencia, esperaremos la llegada de un nuevo período que, ojalá, comience a arrojar algo más de luz, y poder ir dejando atrás las alargadas sombras de quienes decidieron volcar su herrumbre sobre todos.


jueves, 23 de diciembre de 2021


 

Conduciendo sin destino prefijado, deseas que la vida te lleve hasta alguna buena sorpresa, siempre agradable, capaz de alegrar el día. La carretera es solitaria, y nadie se asoma por ninguna parte. Creer en algo más allá de nuestras fronteras, suele ofrecer el entusiasmo por contactar con alguna de esas célebres naves que, de vez en cuando, se dejan ver en ciertos puntos del mundo. Y no estaría nada mal poder comprobar que son reales, siempre que, claro está, vengan sin ganas de armarla.

En lugar de eso, conduces tranquilamente y, de pronto, te encuentras con una enorme naranja en mitad del asfalto. Si sales del camino podrás rodearla, pero te sientes tan atónito que ni te planteas moverte del sitio. Nada sale de ella, permaneciendo inmóvil, como disecada. No hay hombrecillos grises ni luces extrañas. Solamente una gigantesca fruta en mitad del camino que obstaculiza tu viaje. 

Al menos, si la cosa se eterniza, zumo no te faltará. Hay que ser optimista. 

Noche y Fuego


 

Silencio. La noche es la reina y lo ensombrece todo. Nada se escucha, excepto el crepitar del fuego, que alumbra lo necesario. Vacío. La vida cobra otro sentido en este bosque, donde no hay nada, y ni siquiera las razas nocturnas muestran sus colmillos. 

Coco - Vídeo