miércoles, 4 de marzo de 2020

Loros o Cotorras



Hay notoria diferencia entre un loro y una cotorra, aunque a veces la duda invada. Lo mejor para salir de dudas es meterse en Google e informarse. Pero no siempre es fácil guardar la calma con los sonidos que emiten por una parte y por la otra, sobre todo cuando se trata de pajarracos de dos patas, por decirlo de alguna manera, que machacan a quien tienen cerca con sus (con perdón) paridas, que no suelen ser pocas. Se las ve llegar, por mucha distancia que haya entre medias, ya que su revoloteo saca de quicio incluso con un buen trecho. En distancias cortas, y sufridas, lo mejor es salir por patas, ya que, si caes en sus redes, estás perdido.
Algo parecido sucedió en un lugar de La Mancha, cuando las inquietantes figuras de la imagen (que de frente intimidaban hasta el pánico) se acercaron con claras intenciones de soltar terroríficos sermones mojigatos, de esos que activan la hernia de hiato y tuercen por completo un día de bienestar. A una de ellas, por cierto, le hedía su pozo peor que una cloaca, y hasta cinco mosquitos pude contar, mientras salían de aquella especie de boca del infierno.
Con esto del Coronavirus (del que se habla sin descanso en todas las cadenas televisivas) se prefiere la precaución, no sea que un pollo de loro (o de cotorra) aterrice demasiado cerca, con el peligro que entraña semejante bombardeo. Pero ante todo está el sentido común, que le habla a uno y le avisa: “ Cuidado con el lorito, que sus pollos te dejan frito” Y eso sí que no.

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