jueves, 4 de marzo de 2021

Copias exactas


 

Una copia puede ser útil, cuando sustituye, por ejemplo, a un objeto que se ha extraviado. No habrán sido pocas las veces que hemos clamado al cielo, pidiendo que apareciera ese juego de llaves, o hasta ese otro calcetín que nos regalaron, y que tanto valor sentimental tenía. En momentos así, una buena copia habría dado juego.

Pero hay cosas que son ciertamente inquietantes, como encontrarse en mitad del campo un elemento escultórico que pincela la mismísima Puerta de Alcalá. Y es que, esta copia tan bien realizada, que parece haber sido arrancada de su lugar de origen, reposa sobre el césped de un terruño con hierba floreada, disfrutando de la intemperie con lozana alegría en cada poro de su pétreo semblante.

No creo, sinceramente, que tamaña obra haya surgido de la nada, ni que sus líneas tan precisas sean fruto de la erosión. La naturaleza, aunque inmensa en sabiduría, no suele ser capaz de perpetrar lo que en cualquier parte se considera una anomalía de este calibre, por lo que los lugareños sospechan, claramente, que algún gracioso decidió abandonar esta creación en mitad del terreno.

No es que quede mal, sino que asombra. Y extraña más todavía que nadie se haya apropiado de esta pieza, con la cantidad de coleccionistas que abundan por todas partes.

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