PINCHA PARA AGRANDAR LA IMAGEN
Pocas cosas pueden gustarme más que pasear por lugares
tranquilos, alejados, bendecidos por el silencio. La luz se abre paso y los
trinos acarician, como cada mañana, Piedrahita. Poco después, la quietud se
desfigura, se modifica y cambia, y las gentes transitan por sus calles, aunque con calma,
gozando de esa paz que la soberbia villa es capaz de albergar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario