En los caminos uno encuentra lo más insospechado. Paseos sin más ambición que el silencio, llegan a convertirse en un bálsamo que nutre el alma, sobre todo al contemplar la serena mirada de un bohemio rocín, cruzado en mi recorrido. No era el más esbelto, ni, por tanto, el más llamativo, pero gozaba de magia en sus fanales, resplandeciendo un idioma que lanzaba sin palabras. Nos quedamos quietos, cercanos y en calma, como si nos conociéramos de otras vidas. El entorno se tintaba con una noche temprana, con las aves ya enmudecidas y esencias tostadas de lumbres en decadencia. El petiso asintió, reflexivo, con la cortesía que muchos no tienen, prosiguiendo sus andares hasta desvanecerse en lo más hondo de la fronda. Sin dar un solo paso más, contemplé su marcha, y a medida que desaparecía bajo el manto de frías nieblas, supe que recordaría aquella sincera mirada que cuántos seres querrían tener.
Vivir es el arte de dibujar sin un borrador. https://www.instagram.com/deif_k53ro/
martes, 14 de marzo de 2023
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